El parto respetado (o humanizado) deriva del derecho fundamental de las
personas a la salud. Tiene en consideración el bienestar de la madre y
el bebé, el mundo afectivo-emocional,
los deseos y necesidades de los verdaderos protagonistas -madre, padre y
recién nacido-, así como la libertad de las embarazadas o de sus parejas, para
tomar decisiones sobre dónde, cómo y con quién parir.
jueves, 29 de agosto de 2013
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