La expresión “parto natural”
en muchos ámbitos se interpreta como una nostálgica vuelta al pasado:
parir sin epidural, sin oxitocina, parir sin esto y sin lo otro. Allí
donde la tasa de cesáreas es alta (España y Sudamérica, por ejemplo), hay quien utiliza ese término para referirse a un parto vaginal.
Pero parto natural no es simplemente un parto “sin”, sino aquel que se
produce gracias a la maravilla de la fisiología, y en el que los
procedimientos obstétricos se aplican únicamente en caso de necesidad.
Es lo opuesto al parto medicalizado, atendido por la obstetricia
convencional, en el cual la tecnología sustituye la fisiología de la
mujer, desvirtuando la experiencia del nacimiento, y generando riesgos
innecesarios para la madre y el bebé.
En el primer caso la técnica está al servicio de la naturaleza, en el segundo, la naturaleza es doblegada por la técnica.
Las tasas de cesáreas en los países y hospitales que respetan los procesos naturales no suelen superar el 10%. Cuando la asistencia es de corte intervencionista, la tasa de cesáreas siempre es superior.
No es posible asistir dignamente a una mujer parturienta sin comprender la verdadera naturaleza del parto: es un acontecimiento involuntario, tanto como el sueño o el orgasmo, aunque mucho más complejo.
Todos sabemos lo que ocurre cuando uno trata de controlar o dirigir mentalmente estos procesos: simplemente no ocurren. La sola pretensión de controlar un proceso involuntario lo inhibe, y eso es lo que sucede con el parto hospitalario. Ese es el motivo por el cual cuando la mujer llegar al hospital, la dilatación a menudo se estanca.
Cuando el parto se inhibe, se prepara el terreno para todo tipo de
procedimientos que sustituyen la función de una naturaleza que en estas
condiciones, obviamente, no puede funcionar: estimulación con oxitocina,
episiotomía, anestesia,
fórceps, cesáreas innecesarias… se sustituye un proceso natural
sofisticado y sabio por un conjunto de técnicas encaminadas a resolver
los problemas a menudo creados por ella misma.
Y también para someter un proceso con un ritmo propio al ritmo acelerado que establece el hospital. Dice Michel Odent que
de las muchas preguntas que se hacen los estudiantes de obstetricia hay
una que continúa ausente de los planes de estudios. Esa pregunta es:
.¿Cuáles son las condiciones idóneas para un parto fluido?
* Intimidad, seguridad y apoyo emocional
Lo mejor que podemos hacer para favorecer un proceso
involuntario es conocer y crear las condiciones idóneas para que se
produzca solo. Puede resultar paradójico que la única forma de
“humanizar” el parto sea recapitulando el hecho de que somos una especie
“mamífera”.
El parto es un acontecimiento instintivo, llevado a
cabo por nuestro cerebro mamífero, y en el que la participación de
nuestra mente racional tiene un efecto contraproducente. Lo más que se
puede hacer es rendirse a la experiencia y permitir que ocurra, para lo
cual el ambiente en que transcurre y la calidad humana y actitudes de
los asistentes es esencial.
Ese cerebro mamífero primitivo es también nuestro cerebro emocional (sistema límbico). Es una constante en todas las especies mamíferas que la parturienta necesita una atmósfera de intimidad y recogimiento, de seguridad física y emocional, que le permita entrar en el estado de consciencia especial propio del parto.
Cuando este estado de intimidad se impide, cuando una hembra mamífera
se siente amenazada, o incluso indiscretamente observada, el parto se
interrumpe: las hormonas del estrés inhiben las hormonas del parto. Esto pone de relevancia la enorme importancia del estado emocional de la madre y cómo influye en él el soporte emocional y el trato que recibe, así como las condiciones y el ambiente en que transcurre el parto.
La forma en que se trata a la mujer de parto puede condicionar totalmente su progreso. Por ello, las primeras recomendaciones de la OMS no se refieren a los aspectos técnicos, sino emocionales y psicológicos: debe
fomentarse una atención obstétrica crítica con la atención tecnológica
al parto y respetuosa con los aspectos emocionales, psicológicos y
sociales del parto.
.* Ambiente y entorno apropiado
El parto es dirigido por el cerebro mamífero (emocional), pero inhibido por el neocórtex (racional).
Decía Michel Odent que es suficiente preguntar a una
mujer su número de la seguridad social para que el parto se interrumpa.
Debe pues evitarse todo lo que active el pensamiento racional en la
mujer de parto: hablarle sin necesidad, darle órdenes o interrumpirle en
su “viaje interior”.
También
interfieren las luces, los ruidos, el frío, la prohibición de comer, la
incomodidad de tener que mantener una postura determinada o estar en un
lugar poco apropiado, como es el paritorio. Las condiciones necesarias
para un parto fluido no difieren mucho de las condiciones idóneas para
dormirse: intimidad, penumbra, silencio… todo lo que permita a la mujer
ensimismarse.
Dice Sheila Kitzinger que “el lugar ideal para dar a luz es el mismo que para hacer el amor”.
.* Libertad de expresión
La represión de la expresión de dolor durante el parto tiene la consecuencia de reprimir la evolución del parto mismo.
Beatrijs Smoulders, comadrona holandesa, afirma en su libro “Parto Seguro” (Editorial Médici): “Hace
años, de una parturienta se esperaba que fuera fuerte y no dijera ni
pío al dar a luz. En estos casos, el personal sanitario del hospital
podía afirmar: “¡Qué bien lo hace la señora!”. Mientras que la comadrona
de hoy en día más bien pensaría: “¡Suelte un berrido de una vez,
señora, y así como mínimo pasará algo”.
Sumergirse y aceptar el dolor es condición necesaria para la
producción de endorfinas, “opiáceos” internos que amortiguan y modifican
la percepción del dolor.
.* Libertad de movimientos y postura para el expulsivo
La posición tumbada para dilatar (enganchada al gotero y al monitor) y el potro obstétrico para el expulsivo pasarán a la historia como uno de los mayores y persistentes errores de la obstetricia.
Numerosos estudios demuestran que la posición vertical
favorece el parto y la horizontal lo entorpece. En horizontal, el canal
del parto se alarga y estrecha y el coxis se dirige hacia lo alto,
convirtiéndose en una vía de paso más angosta para el bebé, y además
cuesta arriba.
En posición vertical la vagina se amplía y acorta,
pero además la presión de la cabeza del bebé sobre el cuello del útero
ejerce un efecto hormonal que estimula la producción interna de oxitocina, y por tanto la dilatación.
La posición vertical acorta y amplía el canal del parto,
permite que las articulaciones de la cadera se abran más para dar paso
al bebé, facilita sus movimientos de rotación y permite que la fuerza de
la gravedad le ayude en su descenso.
Episiotomía y fórceps
son procedimientos técnicos que sustituyen la fisiología de la mujer y
la gravedad con evidentes y penosos efectos secundarios para la madre y
el bebé.
La mujer debe tener la libertad de dilatar y parir en la postura que
más le convenga: en cuclillas, sentada en el taburete obstétrico, a
cuatro patas, de lado, colgada de alguien, de pie… El instinto indica en
todo momento cuál es la postura idónea mediante un lenguaje infalible:
la más cómoda es también la más fisiológica.
.* Asistencia profesional respetuosa
Siendo la fisiología del parto tan sensible al entorno, el papel del
profesional asistente es estar disponible en un discreto segundo plano,
sin interferir, confiando en los recursos de la mujer para dar a luz, y
aplicar los procedimientos obstétricos únicamente si hacen falta. El protagonismo del parto corresponde a la mujer.
.
* Procedimientos naturales de abordar el dolor
La producción de endorfinas se favorece cuidando al máximo las condiciones en que transcurre el parto y evitando todo lo que pueda producir estrés.
Actualmente la tendencia es recurrir a formas inocuas y agradables de
amortiguar el dolor: cambiar de postura, baño de agua caliente, masaje
en la zona lumbar, masaje de pies, sentarse en pelota de goma …
.* Intimidad y tiempo para recibir y acoger al bebé
El
momento del nacimiento es un momento especial, mágico, en el que el
estado hormonal propio del parto natural crea las condiciones para que
produzca el vínculo madre-hijo, un vínculo que tiene
consecuencias duraderas sobre esa relación, sobre la confianza de la
mujer en su capacidad para amar y criar a su hijo, sobre el desarrollo
emocional del bebé.
El vínculo que el bebé crea con su madre es el troquel, la base de su
capacidad para crear vínculos posteriores. Por ello el nacimiento
medicalizado tiene consecuencias no sólo físicas, sino psicológicas y
sociales. Madres y bebés deben estar juntos tras el nacimiento, y
en todo momento, y no se justifica que un recién nacido sano sea
apartado de su madre.
Incluso los prematuros progresan mejor con el “método canguro” que con la incubadora, o al menos con un sistema mixto.
La OMS recomienda iniciar la lactancia antes de abandonar la sala de partos.
.* Cordón umbilical
El respeto por la fisiología del parto implica
reconocer la función del cordón umbilical, que continúa latiendo y
suministrando sangre oxigenada al bebé durante varios minutos tras el
nacimiento.
La naturaleza no hace nada que no sea necesario, y esos
minutos son el tiempo que el recién nacido necesita para comenzar a
utilizar sus pulmones sin angustia ni riesgo de privación de oxígeno.
El
recién nacido tiene el derecho de disponer de esos minutos y de esa
sangre, y con mayor motivo si ha tenido sufrimiento fetal, ya que al
iniciar la respiración la sangre acude a los pulmones en detrimento del
cerebro. Pinzar el cordón inmediatamente tras el nacimiento es
una práctica que, a la luz de la evidencia científica, debería haber
sido abandonada.
.Contrariamente a lo que se piensa, parto natural no es volver al pasado, sino recuperar la capacidad y la confianza en la propia naturaleza y rendirse ante ella. Tampoco es renunciar a la tecnología, sino adjudicarle el lugar que le corresponde: las complicaciones, los casos de riesgo. Y es que las prácticas de rutina en el paritorio no son buenas ni malas, son oportunas o inoportunas. Y cuando se imponen de forma sistemática e indiscriminada a mujeres que no las necesitan son inoportunas.
La evidencia científica demuestra que el parto natural no sólo es más digno para la mujer, es también el más seguro. Por ese motivo, la Organización Mundial de la Salud recomienda una calidad de atención basada en el protagonismo de la mujer y en su fisiología, y el mínimo grado de medicalización posible.
.Isabel F. del Castillo
Autora de “La Revolución del Nacimiento”. Ed. Granica 2006
2 comentarios:
Hola Cristina te queria hacer una consulta, estoy embarazada de 10 semanas y ya tengo 2 cesareas previas una hace 4 años y una hace 2 años que despues de investigar me doy cuenta que no fueron realmente necesarias. Segun tengo entendido vos te dedicas a partos domicialiarios y estoy en la busqueda de algun obstetra que se arriesgue a un parto natural en sanatorios pero me esta contando mucho aca en Rosario. Conoces algun obstetra con el que pueda llagar a intentar un pvdc teniendo en cuenta que ya tengo 2 previas?Desde ya muchas gracias!
Hola "Anónimo" (lamento que no hayas puesto tus datos)
No hay nadie, en Rosario... ni en ninguna otra localidad del País, que permita un PVD2C en Institución...
Nosotras acompañamos ya; en 3 oportunidades; a mujeres que planificaron sus PVD2C... en domicilio... Y hay muchas mujeres que lo lograron, Para eso hay que tener el deseo interno profundo e inclaudicable de parir !!!
El riesgo no es mucho mayor que el de cualquier primeriza a la que se le aplica el Protocolo médico de rutina (la OMS se ha ocupado de reafirmar que es más seguro; el PARTO NATURAL; que una nueva cesarea, sean las que sean que se le hayan heco a una mujer)_Hay recopilaciones de Literatura médica, que hasta reportan Partos Naturales sin complicaciones... hasta con 7 cesareas previas... (Medicina basada en la evidencia)
...lo que pasa... es que EL PARTO NATURAL, es dificil que se permita (o que progrese) en una Institución... y el médico tiene miedos (infundados) porque NO CONOCE EL PARTO NATURAL. Lo único que se conoce; desde la Medicina; es el Parto inducido, dirigido, intervenido y medicalizado...
cuesta creer, perooo... cuando se presencia un parto natural (no medicalizado) se re-afirma el poderío de la Naturaleza, que supo hacer muy bien las cosas (y es lo que el Sistema Mñedico no se permite experimentar)
En Argentina hay muchas mujeres que han parido... y otras que están embarazadas, en busca de su PVDXC... que se reunen en un grupo de Facebook... solicitás autorización para entrar al grupo -es grupo cerrado- contás tu historia y ellas te apoyarán, acompañarán y contendrán, si es tu deseo, además de que podés ver tooodos los testimonios de aquellas que ya lo han logrado)
https://www.facebook.com/groups/parimosvdc/
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